A la fecha son absolutamente necesarias para el desarrollo de nuestro muy pobre fútbol colombiano. Económicamente hablando son la única fuente importante de ingresos que tienen los equipos grandes para marcar diferencia económica frente a la mayoría que son bastante mediocres. Hablo de las apuestas, personalmente no me gustan como no me gusta fumar ni los vapeadores, lo que no quiere decir que no las apoye como actores que pueden mejorar el fútbol en Colombia.
Lo anterior no quiere decir que no deba haber un control adecuado y sobre todo coherente para esta actividad, de parte del estado y sobre todo del fútbol que como siempre pregona es entidad privada.
Muchos países empiezan a restringir la publicidad de las casas de apuestas como lo hicieron con el tabaco y el alcohol. En Italia la prohibición es amplia y los equipos no tienen acceso a las sumas importantes de dinero que estas empresas les pueden entregar; afortunadamente para estos equipos se está cambiando la norma y parece que pronto podrán exhibir en sus camisetas publicidad para esta actividad. En España ocurre lo mismo. En estos dos países mediante legislación específica sobre publicidad para esta actividad se apartó del fútbol y en general de los deportes.
En los reglamentos de la mayoría de los países existen prohibiciones claras para jugadores, técnicos y dirigentes de participar en apuestas relacionadas con el fútbol. Italia, famosa por su gusto por las apuestas ha tenido mas de un escándalo en este asunto, Paolo Rosi casi no puede jugar el mundial de 1982 precisamente por el escándalo de “totonero”, la semana pasada como por quinta vez aparecen nuevos indicios de apuestas ilegales en ese país con participantes campeones del mundo y grandes estrellas.
En España se vio el caso de una apuesta relacionada con el fútbol, pero no con el juego. A Kieran Trippier lo sancionaron por comentarle a un amigo que firmaría contrato con Atlético de Madrid, la firma para ese equipo o uno italiano era apostable y por supuesto el amigo ganó buen dinero con semejante información.
En Colombia hay muy poco, en los reglamentos del fútbol prácticamente nada a pesar de que desde hace algún tiempo hay rumores y sanciones a jugadores por manipulación de partidos derivados de apuestas. Sería bueno que se haga un análisis sobre este tema y se dicte alguna reglamentación que mejore la transparencia de nuestro fútbol. No creo que vaya a ocurrir, pero sería adecuada alguna iniciativa.
El problema de las apuestas es que no es solo al marcador, hay algunas tan específicas como numero de saques de banda o tiros de esquina o amarillas para algún jugador. Sobre esta situación hay una investigación desde hace algún tiempo por varias amarillas que Paquetá, jugador brasilero de West Ham United recibió y que pagó sumas de dinero importantes en Brasil a quienes apostaron precisamente por la amonestación a este jugador.
En Colombia el técnico Pinto indicó que se estaban pagando sumas importantes de dinero a determinado número de tiros de esquina; en el encuentro mencionado por Pinto al minuto 15 ya se habían realizado 5 tiros de equina.
El tema de la prueba es complicado y si bien los tribunales disciplinarios de nuestro fútbol son manejados de forma folclórica por decirlo bondadosamente, es importante que se aborde el tema. Cada vez se oye más sobre apuestas y la federación no toma medidas.
Ojalá se aborde el tema desde una perspectiva adecuada para mejorar el cada vez más mediocre fútbol colombiano.
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